Últimamente, algunos me han llamado:
“El Grinch del emprendimiento”
La razón principal:
Cuando alguien de mi entorno me cuenta una idea de negocio, y/o me dice que está pensando en dejar su trabajo para emprender…
Casi siempre recomiendo que no lo haga.
Que pasen de esto.
Después les cuento todos los problemas que he tenido en mi vida personal por empeñarme en “sacar esto pa’lante”.
Los dramas que conozco de otros amigos empresarios.
Y todo lo que se me ocurra en ese momento para que piensen bien si les compensa meterse donde CREEN que quieren estar.
El problema es que la mayoría de gente está tan lobotomizada escuchando casos de éxito en podcasts de millonarios wannabes, que todo lo que les advierto les suena a aventura.
“Yo puedo con eso”
Así que pasan de lo que les digo.
Hay muy poco contenido ahí fuera que cuente, de verdad y sin buscar un retorno en dinero, qué es lo que se siente cuando pruebas, pruebas, y pruebas como emprendedor…
Y la cosa sigue sin funcionar.
No me esperaba recibir un texto como el que vas a leer ahora, cuando invité a
a escribir en Siete Días.Así de duro y real.
Pero quizás es justamente lo que muchos de nosotros debemos aprender, o recordar:
Que la incertidumbre es donde, por defecto, actuamos.
Que si te descuidas, puede llevarte por delante.
Y que al otro lado de ella, sigue habiendo esperanza.
Aquí abajo te dejo la historia.
*Llegué al espacio de Nieves por casualidad y me FLIPÓ tanto su visión del marketing, que sabía que la invitaría a escribir algún día en Siete Días. Suscríbete a su newsletter, y así la lees a ella directamente :)
Hace tiempo que no sabía de ti pero te intuía.
Hace años que no sentía en la piel la sensación de fracaso y rendición ante el miedo, porque vacío puedo asegurarte que lo siento día a día desde la partida de Coco y Kala.
Querida, por llamarte de alguna manera, amiga o enemiga (a mi mente la canción de “El Barrio”) hoy vengo a decirte que me rindo ante ti con absoluta humildad, aunque siempre ella va conmigo, pero hoy más que nunca con la sensación de absoluto fracaso.
Fracaso, vergüenza desde que comuniqué un hecho profesional a mi familia, porque siento que vuelvo a fallarles y pienso que la brillantez vuelve a perderse entre el camino del esfuerzo y la pasión.
Vergüenza, sí, siento vergüenza porque con 38 años no he tenido el camino de rosas que se presupone por haber elegido mi vocación y pasión, el marketing, la comunicación, el romper con la pantalla para conectar marcas y personas.
Pero… el marketing no me respondió, quizás no lo conquisté ni sucumbió a mis ganas.
Hoy, el marketing me roba parte de mi sonrisa porque empecé con 21 años en lo que más me apasionaba y vibraba, en mi paraíso de la comunicación, rodeada de redes sociales, blogs, inputs infinitos de información, conexiones que me conquistaban pero que con los años me ha llevado a un punto de valle, a un punto de no encontrar nada y encontrarme en la nada.
Ojo, no culpo al camino pero culpo a quien lo ha andado, yo misma, y qué mal suena el “yoismo” pero es así, he perdido la fe de conseguir brillar y llegar a la meta que me propuse en mi años de infancia (con 12 años tenía claro lo que quería), “ser la mejor comunicadora de marketing” y aquí me ves sin nada reseñable y nada que mostrar.
En mí guardo preciosos momentos, como mi primera beca, proyectos como Tierra Pura sobre marketing sostenible (taller sobre marketing sostenible con un gran profesional como Daniel Lois Cerezo), evento de xSpain Satellites (pude conocer a gente maravillosa como Jesús Vega, Andrés Contreras, Javier Sirvent, Manu Rueda), Tedx Plaza Santa Bárbara donde conocí al gran Nacho Villoch o trabajar en startups, dar mis pinitos en algunas como parte del equipo fundador y ser freelance donde me he enriquecido de personas maravillosas pero… no he conseguido ni brillar ni ser referente de nada y como digo a pesar de todo ese camino tuve maravillosas conexiones pero hoy lo veo con tristeza y miles de errores, pero lo elegí y lo viví, toca reflexionar.
Suspiro para seguir escribiendo, suspiro para ser capaz de terminar todo lo que quiero expresar.
Hoy, a 15 de Enero, abrazo la incertidumbre pero mi cabeza es incapaz de acallar el ímpetu del querer buscar más y más a pesar de estar agotada mental y físicamente, no me rindo ante la calma, paz y tranquilidad pero sé que necesito respirar a pesar de intentar querer hacer cuando lo que necesito es una absoluta desconexión de mínimo una semana pero todo me preocupa y me perturba (será la conjunciones lunares y mi espíritu indomable de sagitario).
Oye, pero no quiero llenarte de negatividad, todo pasa, pasará y siempre sale el sol, solo quiero permitirme sentir, aceptar y sanar gracias a este espacio que David me ha regalado para poder conectar contigo.
A pesar de estas líneas y de todo, quiero decirte algo: no te vengas nunca abajo, siempre, siempre tenemos una razón para seguir “palante” siempre podemos convertirnos en nuestros propios superhéroes y salvarnos en los momentos más jodidos de nuestra vida.
Ahora quiero compartir contigo una serie de preguntas que me encantaría leer en comentarios y hacer una red de apoyo para quienes pasamos un momento de incertidumbre.
Si has estado en este punto de incertidumbre o miedo, ¿cómo lo has superado o estás superando?
¿Qué te hizo ver esa luz para sacar desde tu interior toda la energía para resurgir?
¿Cuáles son tus propósitos que te devuelven la sonrisa y hagan brillar tu superpoder?
David, quizás cuando llegues a este punto tengas miles de cuestiones sobre lo que he escrito y este párrafo es para ti, gracias por tu inmensa ayuda, gracias por tu impulso y gracias por ser un espacio seguro que abraza el alma.
A ti suscriptor de David, espero no abrumarte, ni cansarte y espero que este post cuando llegue a ti lo tomes como una reflexión para crecer a través de la adversidad y miedo o cualquier sensación que puedas sentir pero espero que no te haga sentir mal.
A ti incertidumbre, quiero decirte algo hoy me ganas mis ganas de salir pero mañana te abrazaré y te diré adiós para poder brillar sin miedo, mañana me verás volar porque me rodeo de los míos que me impulsa y mañana será un gran día.
Para todos, un abrazo enorme, os veo en las redes.
*La mejor forma de demostrar que lo de ha arriba te ha llegado, es darle unos minutillos de tus ojos al contenido de Nieves. Arriba para apuntarte gratis a lo que escribe.