Un poco raro el número ese para arrancar el asunto del correo (o del post, que aquí el rollo funciona diferente), pero venga.
Este correo/post/loquesea cogerá a muchos por sorpresa.
Algunas razones:
Prometí que no volvería a escribir en español en Substack, porque quería utilizar esta aplicación para mi plan de dominación global (escribir en inglés); pero aquí estoy de nuevo, escribiendo en español.
He cargado “a pelo”, los contactos activos de mi newsletter de siempre, que la tenía en Systeme, y sin hacer las típicas pruebas técnicas que hace la gente que es distinta a cómo yo soy.
Incluso mi familia, que me quiere mucho y a quienes cuento casi todo, saben que estoy tramando algo, pero no están seguros de qué.
(Mi hermano Samuel, el escritor desplegado en Palestina con la sagrada misión de expandir el español por aquellos lares, sí lo sabía; pero es que él es diferente)
La cosa:
A partir de este momento, por el poder que me ha sido conferido, fusiono para siempre la lista abandonada que tenía aquí, en Substack, con la lista activa a la que trataba (importante el “ba”, ahora te cuento) de vender, cada día, con alguna excepción, mis servicios.
Así que, si estás leyendo esto, enhorabuena.
Estás donde debes estar.
En un rato, o unos minutos, iré corriendo a Systeme a preparar un email improvisado (parecido a este) para decirles que he hecho esto; que ya no escribiré casi nada por ahí, porque lo haré por aquí.
Con un poco de suerte, la mayoría ya lo sabrá porque habrá recibido este correo, y se mudará sin incidencias.
Pero seguro que alguno se me queda atrás, por el rollo de que este email llega desde otra dirección que no es la de david@daviddominguez.blog (¡malditos!), y tendrán que hacer lo típico que ya sabemos que hay que hacer para que los correos que te molan no se te vayan a SPAM:
Ir a la bandeja de correo no deseado
Encontrar mi email (este) perdido entre la basura internetiana espameadora
Marcarlo como “No es Spam" en Gmail, o con su sucedáneo en otros gestores de correo más cutrillos o indies
Preveo unos días de estar yendo detrás de la gente recordándoles que esta, y no ninguna otra, es la auténtica y magnífica newsletter que cumple hoy exactamente 1.121 días.
Por eso lo del asunto con el número al principio.
Mil ciento veintiún días desde que, por primera vez, me diera por levantarme a las 5 de la mañana (por aquel entonces me despertaba a esa hora, y ahora me pillas con ganas de volver a hacerlo) y escribir el primero de mis emails masivos.
Lo leyeron la friolera de 11 héroes.
De 13 personas a las que se lo envié.
(Pista para emprendedores: Ni en tu primer email te van a leer todos tus contactos, así que no te rayes y lanza)
Nunca he sido bueno metiendo gente en mi lista, también te digo.
Y justamente por eso, entre otras cosas, he decidido que tanto tú, como yo, como el resto de gente que está leyendo esto, nos vengamos a vivir en este nuevo chalé que he alquilado a los buenos de Substack.
La otra razón por la que “dejo” Systeme es esta:
Me he aburrido de tratar de venderte algo en cada email.
No por la venta en sí, que es chachi y que tu negocio haga dinero siempre está bien (que lo hagas tú está mejor aún, pero eso lo dejamos para otro día).
Sino porque no puedo fluir como fluía cuando escribía mis emails del principio, y escribir emails pasó de ser una de las “tareas” (con muchas comillas) favoritas de mi día, a un rollo rutinario feo de “ver cómo convenzo a esta peña de que soy el mejor haciendo X para que me compren”.
Spoiler:
No soy el mejor haciendo nada.
Lo bueno es que no hace falta que lo sea (ni tú tampoco) para poder ganarme la vida como me la quiero ganar.
Y si no tal cual me la quiero ganar, de una forma muy parecida.
Así que la idea, a día 16 de octubre de 2024, de cómo va a continuar nuestra aventura juntos, es algo así:
Substack (lo que estás leyendo ahora): escribiré emails como este, sin demasiada carga de ventas, en los que contaré en plan diario #buildinpublic qué estoy haciendo cada día para mantener y desarrollar mi negocio, y cómo afecta lo que hago a mi vida personal…
Systeme (de donde puede que vengas): como sigo pensando que es la mejor plataforma de “marketing todo en uno” que existe ahora mismo, la mantendré como herramienta de email marketing para promocionar lo que esté vendiendo mi negocio en ese momento.
Un ejemplo claro sería algo así:
Substack: te cuento que me ha dado por montar, y cómo me va yendo, una campaña de Ads en Instagram para meter nuevos miembros en Mastery Leaders, mi mentoría de creación de comunidades online para gente que está quemada de hacer 1-1.
Systeme: ahí tendré una secuencia de emails, una landing page, una página de pago, unos upsells… que serán invisibles para ti (a no ser que te de por entrar para cotillear), porque tú me estás siguiendo a mí (David - Substack), y no a mi negocio (Mastery Leaders - Systeme), porque es posible que eso de las comunidades online te la sude bastante.
Como siempre que me siento a escribir, lo hago sin guión y sin saber del todo de qué voy a hablar, ya me estoy pasando de tocho.
Así que me despido por hoy, camarada de mis amores.
Mañana volveré a ti.
Lo más probable es que te cuente cómo estoy configurando Substack (lanzo esto casi a pelo, no he personalizado demasiado), o alguna cosa por el estilo.
Ah, que se me olvidaba:
Esta newsletter se llama “Siete Días”.
Bienvenido y gracias por leerme.
:)
PD: No hagas click en el enlace del final del correo porque no hay ninguno.
🧙♂️¡Uno de nosotros! ¡Uno de nosooootroooss~~!🧙♀️
Qué bueno verte por aquí utilizando negritas y cursivas, muahaha.
Se sale el nombre 😘😘
Muchas gracias Dave porque aunque lo has hecho a pelo has contado conmigo. Te seguiré leyendo cada día vayas donde vayas, no lo dudes. El correo ha llegado perfectamente a mi bandeja de entrada, nada de Spam, faltaría más. Un abrazo