Vale, se ha vuelto a liar.
¿Recuerdas aquel email en el que reconocí públicamente que echo de mis servicios a los clientes que tratan de destruir mi paz mental?
Bien.
Entonces puede que también te acuerdes de que, unos días después de aquello,
complementó ese post desde su propia newsletter.Creó una lista de diez red flags para que ninguno de esos clientes chupacalmas termine entrándote hasta la cocina del negocio.
Me gustó tanto su idea, que recomendé a todo el mundo que leyera su entrada…
…Y de paso le pedí que se pasara por aquí cuando quisiera para escribir sobre el tema.
Las buenas noticias:
El día ha llegado.
Te dejo con Alba, que sabe un rato sobre cómo comunicar para que atraigas a los clientes correctos, y al resto (a los malos) los espantes.
*Aquí arriba tienes la cajita de suscripción a la newsletter de Alba, para que te apuntes gratis y recibas más ideas de comunicación chulas como las que vas a leer en este post.
Hola, soy Alba y después de aguantar a jefes impresentables y a clientes internacionales y engreídos, decidí ser mi propia jefa y ayudar a pequeños negocios con todo lo que sé sobre comunicación.
Pero, vamos al grano: si cada vez que entra un cliente te dan ganas de llorar, preocuparte o buscar una segunda profesión, tenemos que hablar. No, no es culpa de Mercurio retrógrado, ni de esa camiseta de “Todo a 3€” que llevaste en tu última foto de LinkedIn. Es tu comunicación. Lo que dices (o cómo lo dices) está atrayendo al público que no deberías. Pero no te preocupes, porque hoy te voy a dar una lista de señales que gritan: ¡Houston, tenemos un problema!
Y no te me vayas, que al final te cuento cómo evitarlo y cómo puedo ayudarte.
Red Flag 1: ¿Esto no lo puedes hacer gratis?
Si tus clientes empiezan la conversación con un: “¿Y si me haces un descuentito?”, “¿Un trueque por exposure?” o directamente piden algo gratis porque “les viene genial para arrancar”, lo siento, pero estás comunicando que tu trabajo vale menos que un café con leche.
👉 Cómo evitarlo: Asegúrate de que tu mensaje pone en valor lo que haces. Habla de resultados, de lo que solucionas, y deja claro que tu tiempo cuesta dinero porque, sorpresa, ¡lo vale!
Red Flag 2: No sé qué haces, pero seguro que me sirve.
Si tus clientes te contratan sin entender lo que ofreces, vas a terminar haciendo cosas que ni sabías que podías hacer. O peor: cosas que odias hacer. Esto pasa cuando tu mensaje es tan genérico que sirve para todo… y para nada.
👉 Cómo evitarlo: Define y comunica exactamente qué haces y para quién lo haces. Recuerda: quien intenta agradar a todos, termina gustando a nadie.
Red Flag 3: Clientes que no creen en lo que ofreces
Si cada reunión parece un juicio y tienes que convencerlos de que tu trabajo funciona, tu mensaje no está atrayendo a los creyentes. A estos clientes lo único que les interesa es tu tarifa más baja, no tu experiencia ni tus resultados.
👉 Cómo evitarlo: Usa ejemplos de éxito, testimonios y contenido que inspire confianza. Pero ojo: no hagas promesas que no puedas cumplir.
Red Flag 4: Quieren resultados para ayer (y por nada de dinero)
Si tus clientes esperan milagros en 24 horas, es probable que tu comunicación no esté dejando claro lo que cuesta un trabajo bien hecho. O quizá tu web dice algo como: “Transformaciones rápidas y asequibles”. ¿Ves el problema?
👉 Cómo evitarlo: Habla de tus procesos y deja claro el valor del tiempo invertido en un buen trabajo. La rapidez está sobrevalorada cuando hablamos de calidad.
Red Flag 5: Tú eres el cliente, no ellos
¿Te pasas más tiempo explicando qué haces que trabajando en ello? Si sientes que el cliente no te entiende o no ve el valor de tus ideas, probablemente estás atrayendo a las personas equivocadas.
👉 Cómo evitarlo: Usa un lenguaje que conecte con tu cliente ideal. Habla su idioma, pero también enséñales a valorar lo que ofreces.
Red Flag 6: Te contactan por servicios que no ofreces
Si la mitad de tus consultas son para cosas que no haces, como si fueras un “todo en uno”, algo no está bien. Quizá tu comunicación no está siendo lo suficientemente clara o tu oferta parece demasiado amplia.
👉 Cómo evitarlo: Especialízate y comunícalo. Es mejor ser increíble en una cosa que mediocre en cinco.
Red Flag 7: Clientes con expectativas irreales
¿Te piden que soluciones el problema del calentamiento global con un presupuesto de 200€? ¿O que dupliques sus ventas en tres días? Si tus clientes llegan con expectativas absurdas, es que no has definido bien qué pueden esperar de ti.
👉 Cómo evitarlo: Sé transparente en tu mensaje sobre qué es lo que puedes (y no puedes) lograr. Y repítelo en todos tus canales de comunicación.
Red Flag 8: No conectan contigo ni con tus valores
Trabajar con personas que no entienden tu estilo o chocan con tus valores es agotador. Si te pasa a menudo, revisa cómo estás comunicando quién eres y qué representas.
👉 Cómo evitarlo: Usa tu comunicación para atraer a personas que compartan tu visión y tu forma de trabajar. Recuerda: el que no encaja, se queda fuera, y está bien.
Red Flag 9: Clientes que nunca terminan de decidirse
Si te escriben tres veces, te piden diez propuestas y nunca contratan nada, tu mensaje puede estar causando dudas o no deja claro cómo pasar a la acción.
👉 Cómo evitarlo: Asegúrate de que tu web, tus redes y tus correos tienen un call to action claro y directo. No les dejes espacio para titubear.
Red Flag 10: El trabajo no te ilusiona
Si cada nuevo cliente te hace dudar de tu vocación, es una señal de que no estás atrayendo a las personas correctas. Trabajar con clientes ideales no solo mejora tus ingresos, también tu calidad de vida.
👉 Cómo evitarlo: Identifica quién es tu cliente ideal y habla solo para ellos. Así reducirás el ruido y atraerás a las personas que realmente valoran tu trabajo.
Si te has sentido identificado con dos o más de estas señales, es hora de actuar. Si te sientes un poco perdido, es tan fácil como tener un café virtual (o un vinito) de media hora conmigo y hablamos.
¿Dónde? Aquí
*Queee feo estaría que hayas leído hasta aquí abajo, y te marches sin entrar en la newsletter de Alba. En la cajita de arriba la tienes.
Muy crema, enhorabuena a los dos ❤️
Alba, son tan buenos los consejos que, mientras leía, me daban ganas de montarme algo sólo para aplicarlos, jajaja. ¡Un abrazo!